Ya hace mucho de su traición, él sabía que ella era algo especial para
mí, él sabía de mis conocimientos de ella, me uso, me utilizo para saber
cómo acercarse, fui un ingenuo, un total idiota, nunca espere que mi
mejor amigo, aquel que llamaba hermano de otra madre, aprovechará mi
debilidad para hacer su jugada, fue ese fatídico día, nunca pude
predecir ese puñal, tranquilos estábamos viviendo nuestra juventud a
todo su potencial en uno de nuestros típicos viajes, era mi cumpleaños,
pensaba que aprovechando lo llamado suerte del cumplimentado podía
confesar mi amor, habíamos parado en un hermoso prado, parecía que el
destino estaba a mí favor, ella estaba en su típica sesión de fotos para
su álbum de paisajes, una cosa más que me gustaba de ella por eso a
pesar que era mi cumpleaños ese mismo día le había regalado una nueva
cámara
,
estábamos viendo ese hermoso atardecer, supe que era el momento pero
ese maldito hizo su jugada, supe desde el momento en el que el agarro
sus hombros para después susurrarle y ella se sonrojara supe que ya la
había perdido, supe que me habían robado su corazón, lo peor de todo,
fue que yo se lo había dado en bandeja de plata.Autor de la historia: - Miguel Eduardo Bayter Quintana.
Autor de la imagen: - ??? (Pero aún así crédito al autor)
Comentarios
Publicar un comentario